ORLANDO, Fla. (Ivanhoe Newswire)—El departamento de auditoria de Estados Unidos ha determinado que cada vez hay más estudiantes universitarios de bajos ingresos que no tienen suficiente para comer. Hoy un nuevo estudio indica que cuando hay hambre el aprendizaje peligra.
Libros, matriculas, alojamiento, todo son gastos cuando un joven llega a la universidad y según un nuevo estudio de la Universidad de la Florida, un 19 por ciento de los estudiantes de primer año describieron su alimentación como precaria, o dijeron temer no tener suficiente para comer. Los expertos determinaron que esto afectaba en forma negativa la salud mental y física de los alumnos, ya que tenían niveles más altos de ansiedad, desórdenes alimenticios, dormían peor y tenían un promedio académico inferior al de los estudiantes que podían costearse la comida.
Los estudiantes vulnerables a esta inseguridad alimentaria deben de investigar si existe un banco de comida en la universidad. Asimismo, quizás califiquen para el programa federal de asistencia nutricional, o en sus siglas en inglés, SNAP.
Los estudiantes de esta encuesta ya estaban propensos a comer poco saludable y sufrir de obesidad. El estudio también determino que los estudiantes que no vivian en los dormitorios de la universidad, tenían ayuda federal o becas por necesidad económica, o no participaban de un plan de comidas de la universidad tendían a padecer de inseguridad alimenticia.
Los contribuyentes a este reportaje incluyen: Cyndy McGrath, Supervisora Productora; Milvionne Chery, Productora de Campo; Roque Correa, Editor.
Producido por Child Trends News Service en asocio con Ivanhoe Broadcast News y auspiciado por una beca de la National Science Foundation.