TAMPA, Fla. (Ivanhoe Newswire)—¿Cuánto le cuentan sus hijos sobre sus vidas? ¿Sus amistades? ¿Sus romances? ¿A dónde van? ¿Le dicen todo o tiene que interrogarlos?
Wendy Rote, PhD, estudió 174 parejas de padres y adolescentes. Ella y su equipo determinaron que entre cinco y siete por ciento de las familias mantenían lo que describieron como una comunicación clandestina. Algunos de los padres espiaban a sus hijos para obtener información, revisándoles los teléfonos y computadoras. Los comunicadores clandestinos presentaban mayor incidencia de depresión y los jóvenes tenían la interacción con los padres más negativa entre todos los grupos. Doce por ciento de las parejas de madre-adolescente eran comunicadores indirectos, los chicos les decían a sus padres ciertas cosas y se reservaban otras. Un 82 por ciento tenían una comunicación abierta. Los jóvenes en este grupo compartían la información sin ser interrogados y presentaban la mejor relación entre padres e hijos.
Rote indica que las familias pueden dar pasos graduales hacia una comunicación abierta. Sugiere crear un protocolo donde cada semana los padres revisaran los teléfonos de sus hijos, así están avisados y se hace sin subterfugio. Asimismo, es importante explicarles a los adolescentes la necesidad de saber dónde están y con quien. Una forma de aumentar la comunicación familiar es pidiéndoles que contesten tres preguntas por día, para acostumbrarlos a abrirse un poco más cada vez.
Cuando ambos padres participaron en el estudio, se determinó que los adolescentes tenían más problemas comunicándose con los padres, no con las madres. Entre las parejas padre-hijo, donde la comunicación era clandestina, ambos reportaron que el hijo tenía problemas de conducta.
Los contribuyentes a este reportaje incluyen: Cyndy McGrath, Supervisora Y Productora de Campo; Roque Correa, Editor Y Camarógrafo.
Producido por Child Trends News Service en asocio con Ivanhoe Broadcast News y auspiciado por una beca de la National Science Foundation.