WASHINGTON, D.C. (Ivanhoe Newswire) — Las cifras son preocupantes. Según el FBI se cometieron 1 millón doscientos mil crímenes violentos en estados unidos en el 2016, un aumento del 4 por ciento sobre el año anterior. La violencia perturba la vida de los niños, hayan o no sido testigos del crimen.
Cada 26 segundos tiene lugar un acto de violencia en Estados Unidos. Asesinatos, asaltos, robos, violaciones. Emma Adam estudia el impacto que tiene el crimen sobre los niños y jóvenes del barrio.
Adam monitoreo el nivel de ansiedad y los patrones de sueño de 82 estudiantes de escuelas públicas en centros urbanos. A través de análisis de saliva midieron los niveles de cortisol; la hormona de la ansiedad. Asimismo, los estudiantes usaron relojes que grabaron sus niveles de actividad diarios incluyendo el sueño.
Basándose en informes policiales, los investigadores compararon los patrones de sueño y niveles de ansiedad en los niños las noches en que se produjeron crímenes violentos en su barrio, con las noches libres de crimen.
Determinaron que los niños durmieron menos las noches en que se cometieron crímenes violentos y sus niveles de ansiedad estaban más elevados la mañana siguiente.
Adam indica que los padres pueden reducir el efecto que el crimen en el vecindario tiene sobre sus hijos evitando hablar sobre los detalles del mismo en la casa. Asimismo, expresándoles su amor y apoyo les ayuda a sentirse más seguros.
Adam y sus colegas están iniciando un nuevo estudio, donde participaran más de 300 niños. La meta de este estudio es determinar más factores que pueden aislar a los niños del efecto negativo del crimen en el barrio.
Los contribuyentes a este reportaje incluyen: Cyndy McGrath, Supervisora Y Productora de Campo; Milvionne Chery, Productora Assistente; Bob Walko, Editor; Roque Correa, Camarografo.
Producido por Child Trends News Service en asocio con Ivanhoe Broadcast News y auspiciado por una beca de la National Science Foundation.