ANN ARBOR, Mich. (Ivanhoe Newswire) — Mayor actividad, suficientes horas de sueño y una alimentación variada y sana. Estos son consejos útiles para todo el mundo, pero para los niños, cuanto antes adopten estos hábitos mejor. Hoy, un nuevo estudio indica que los padres tienen que predicar con el ejemplo.
Una cosa es ponerle a un niño enfrente un plato con una comida balanceada, con proteína, frutas y vegetales.
Otra, que se lo coma. La psicóloga Susan Gelman, PhD y sus colegas de la Universidad de Michigan buscaron determinar cuánto influía sobre un niño lo que los padres les decían que comieran, y cuanto lo que los propios padres comían. Durante el estudio, 234 niños de entre cuatro y ocho años de edad y sus madres probaron 4 tipos de comidas, Dos vegetales y dos postres.
Para la sorpresa de los expertos, aunque las madres les instruyeron sobre lo que debían de comer, y hasta le dijeron a sus hijos que comieran un bocado más, lo único que influyo sobre ellos fue el ejemplo. Si las mamás comían más, los hijos comieron más. Su consejo es que las madres deben de comer lo que quieren que sus hijos coman.
Los expertos indican que el entorno en que se condujo el experimento no refleja necesariamente los hábitos alimenticios en el hogar y quizás existan otras explicaciones para estos resultados. También enfatizan que se necesitan más estudios que examinen el impacto que tienen sobre los hijos lo hábitos alimenticios de las madres.
Los contribuyentes a este reportaje incluyen: Cyndy McGrath, Supervisora Y Productora de Campo; Roque Correa, Editor; Kirk Manson, Camarografo.
Producido por Child Trends News Service en asocio con Ivanhoe Broadcast News y auspiciado por una beca de la National Science Foundation.