NEW YORK CITY, N.Y. (Ivanhoe Newswire) — Según los expertos, cuando un joven es consistentemente agresivo, ya esas mismas tendencias se habían presentado durante la infancia.
¿Es este solo un juego con espadas en el parque o una pelea a palos a punto de estallar? A veces es difícil juzgar que está pasando. La agresión puede adoptar una forma diferente cuando los niños están en los terribles dos, o son aún más pequeños. La psicóloga clínica Tamara Del Vecchio, PhD, y sus colegas analizaron la actitud de 477 niños entre los seis meses y los cuatro años de edad. Preguntaron a los padres con qué frecuencia sus hijos tiraban del pelo, pegaban, daban patadas o mordían a otros niños, y si maltrataban a los animales. Casi todos los niños, el 94 por ciento, hacían al menos una de esas cosas una vez a la semana, y casi siempre le pegaban a otro niño. Los expertos indican que los padres de los niños muy pequeños no deben de alarmarse pero si deben de estar sobre aviso ya que a esa edad es difícil determinar si el niño tendrá un problema de agresividad en el futuro.
Recomiendan que si el niño presenta una actitud agresiva, los padres primero le regañen en una forma calmada. Si la actitud agresiva continúa recomiendan enviarle a la esquina o separarlo de la actividad o grupo por un par de minutos, recordándole cuál es la manera correcta de comportarse.
Los expertos indican que el instinto inicial de un padre ante un hijo con una actitud agresiva es enfadarse y amenazar con castigarlo. Los estudios indican que esa reacción no es muy efectiva. Los niños que actúan en una forma agresiva pueden estar necesitados de ayuda para poder controlar sus emociones y los padres quizás deberán de buscar ser guiados por expertos en salud mental.
Los contribuyentes a este reportaje incluyen: Cyndy McGrath, Supervisora y Productora de Campo; Jamison Koczon, Editor; Kirk Manson, Camarógrafo.
Producido por Child Trends News Service en asocio con Ivanhoe Broadcast News y auspiciado por una beca de la National Science Foundation.